“Ser docente es un compromiso social y personal”

20 años de trabajo en educación dan como resultado una gran cantidad de vidas transformadas. Ese es el motor que moviliza a Adriana Acevedo, licenciada en ciencias naturales y educación ambiental, actualmente docente de básica primaria en la Institución Educativa Distrital Colegio Hernando Durán Dussán.

“Ser docente es una decisión de vida, implica un compromiso social y personal desde la convicción de formar a estos niños, niñas y jóvenes brindándoles lo que uno es como profesional y como persona”, dice Adriana, una profe sonriente y apasionada por su vocación, quien desde hace cinco años inició su camino en la educación STEM en pleno Territorio STEM+ Sabana Centro en Colombia.

Capacitación para educar con impacto

Como maestra catedrática en la Universidad de La Sabana inició su inmersión en el amplio universo de la educación STEM capacitándose con organizaciones como STEM-Academia. Luego vendría “una de las etapas más bonitas”, cuando fue invitada a participar en la construcción de Experimento Blended, uno de los proyectos de la Iniciativa Educación STEM para la Innovación en Latinoamérica, impulsada por la Fundación Internacional Siemens Stiftung y la asociación benéfica Siemens Caring Hands en plena crisis de la educación producto de la Pandemia por Covid-19.

Una oportunidad que le permitió fortalecer sus conocimientos y prácticas educativas con las visiones y experiencias de los docentes latinoamericanos involucrados en el proyecto. Un intercambio de saberes que le ha permitido “seguir trabajando con foco en STEM con los chiquitos de segundo grado, así como también, seguir capacitándome porque este enfoque requiere de formación docente continua y trabajo colectivo”.

Derribando barreras para transformar

Acevedo cree firmemente que la apropiación social del conocimiento es proporcional al compromiso que tengan los docentes con su propia formación, lo mismo que con el fomento de ambientes de aprendizaje STEM: “Ya no trabajamos para cumplir un currículo, hoy tenemos intereses globales más amplios que requieren de un proceso investigativo, y de prácticas pedagógicas reflexivas y transformadoras que requieren de una planeación mucho más exigente”.

Producto de su interés y trabajo en aula, sus pequeños estudiantes de segundo grado ya no sienten que la edad es un impedimento para desarrollar procesos STEM, tan así que hoy, construyen y leen códigos binarios. Mientras que con los de grado quinto, ha puesto en práctica los recursos contenidos en Experimento Blended para la ‘Acción por el Clima’. Una interesante experiencia que involucra a los estudiantes y sus padres en el aprender, reflexionar y proponer soluciones innovadoras para lograr un desarrollo más sostenible: “Es un proyecto muy bonito que involucra un trabajo de fondo disciplinar, pero también ambiental y socioemocional”, asegura Acevedo.

¿Por qué apostarle a la educación STEM?

Adriana sostiene que la educación STEM ofrece un abanico de oportunidades para evolucionar y aportar en la “transformación de nuestras prácticas de aula y el aprendizaje de los estudiantes”. Al mismo tiempo, reconoce el rol que tienen los docentes en hacer de sus estudiantes agentes de cambio en sus comunidades y en la elección de carreras STEM en la educación superior.

Una maestra que agradece “poder compartir con otros maestros y trabajar en red. Hacer parte de estas comunidades de maestros nutre, enseña y, sobre todo, motiva”.

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