La creatividad despierta la curiosidad, incluso en línea

María Marcela Vargas enseña a 32 niños de cinco a seis años en la Escuela República de Brasil en Santiago, Chile. La pandemia dio un vuelco a su vida. De la noche a la mañana se enfrentó al desafío de enseñar a preescolares en línea. Gracias a Experimento I 4+ y los recursos disponibles a través de la Iniciativa Educación STEM para la Innovación, Marcela Vargas no solo logró motivar a sus alumnos a participar de las lecciones en línea, sino que también a sus familias quienes se involucraron con la educación de sus hijos – un gran logro si se considera el contexto social.

© Siemens Stiftung

Mi profesión es mi vida

“De un día para otro, todos tuvimos que cambiar al mundo virtual ¡Un enorme desafío para mí!

Al igual que la gran mayoría de mis colegas, no tenía ninguna preparación y tuve que aprender de un día para otro cómo contactar virtualmente con los niños, los alumnos y los estudiantes para que su educación y formación en la primera infancia pudieran tener lugar.

Actualmente trabajo en la escuela República de Brasil en Santiago, que es una comunidad de aprendizaje que cuenta con el apoyo del “Centro de Estudios de Teorías y Prácticas para la Superación de las Desigualdades”, creado en la Universidad de Barcelona en los años noventa. El proyecto se basa en actividades pedagógicas dirigidas a la transformación social y educativa de la comunidad. El trabajo se inicia en la escuela, pero involucra todo lo que ocurre a su alrededor. Basándonos en el aprendizaje dialógico, la participación de la comunidad y las prácticas inclusivas, pretendemos conseguir una educación exitosa para niños, niñas y jóvenes, al tiempo que aportamos eficacia, equidad y cohesión social.

Mi escuela cuenta con 14 grados, desde preescolar hasta secundaria. El primer nivel está compuesto por un preescolar o primer nivel de transición con 30 niños. Yo soy responsable del segundo nivel de transición al que asisten niños entre 5 y 6 años. La clase está formada por 32 alumnos, de los cuales 13 son chilenos y 14 venezolanos, un colombiano, tres peruanos y una peruano-colombiana. Muchos de ellos son hijos de padres inmigrantes que nacieron en Chile. “Me gusta sentarme en el suelo con los niños, pintar, trabajar con las manos, los pies y con todo el cuerpo, explorar juntos, encontrar e investigar pequeñas criaturas que son parte de la naturaleza.”

Enseñar y jugar en la pandemia

“En el primer año de la pandemia, todo ocurrió de forma muy cambiante. Era difícil establecer contacto. Honestamente, nadie nos orientó, estaba bastante preocupada por cómo íbamos a arreglárnoslas.

“Cuando comenzó la Pandemia dejé Santiago y me trasladé al campo con mi madre. Todos los días me conecto virtualmente con los niños de mi clase del jardín infantil.” Empecé con siete u ocho alumnos lo que tiene mucho que ver con el entorno familiar de los niños: un computador -si es que tienen uno- por lo general, es compartido con los hermanos. Lo mismo ocurre con los teléfonos móviles y conexiones con datos limitados. Por eso en un principio me preocupé sobre todo por conseguir un computador, un portátil o un teléfono móvil para los niños. Pregunté en todas partes quién tenía un dispositivo para regalar. También intenté conseguir fondos públicos, pero eso fue más difícil. Son demasiados los niños necesitados.

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“Este año es “Full zoom”. Desgraciadamente, mi jardín infantil no compró una licencia, por lo que funcionamos con el programa libre lo que hace que nuestras clases tengan una duración máxima de 40 minutos. Se podría decir que es mucho tiempo considerando la capacidad de atención de niños de entre cinco a seis años, pero sorpresa: a medida que han pasado los meses, se han sumado más y más niños, hoy se corre por la pantalla, ¡Todo es increíblemente interactivo! A menudo los niños quieren estar juntos virtualmente el mayor tiempo posible; de hecho, la mera comunicación por vídeo-audio en estos días establece verdaderos contactos sociales que son muy importantes.
“Afortunadamente, cada vez hay más temas, medios y formatos que me sirven de inspiración para planificar mis clases”. Desde 2015 que trabajo con Experimento, y el programa ha demostrado su valía en esta época de crisis.

“Todos los días dicto tres módulos. Dos sobre temas que les corresponde aprender a su edad y uno con ejercicios de psicomotricidad. Generalmente estamos juntos más tiempo del acordado, los niños siempre quieren seguir.

“Afortunadamente, cada vez hay más temas, medios y formatos que me sirven de inspiración para planificar mis clases”. Desde 2015 que trabajo con Experimento, y el programa ha demostrado su valía en esta época de crisis. Desde hace años, utilizó los módulos y experimentos con mis alumnos para empezar con el aprendizaje exploratorio. Aquí es donde realmente entran en juego la curiosidad, la creatividad y la espontaneidad de los niños. Puedo enseñarles mucho sobre los objetos, las plantas, los animales y los fenómenos de su entorno inmediato.

Para uno de los experimentos usamos materiales muy sencillos que tenían en sus casas. Con una botella de plástico desechable les mostré las propiedades del aire. Aplastamos el envase y observamos cómo se comportaba la botella y su contenido en función de si el tapón estaba abierto o cerrado. De ello, los niños concluyeron que, si bien el aire no se puede ver ni sentir, está en todas partes.

En otro experimento, pusimos diferentes cosas en un vaso con agua: piedras pequeñas, aceite, tierra, arena…. y vimos cómo los diferentes materiales se iban mezclando con el agua. Los niños se dieron cuenta de que el agua apenas podía separarse de ellos y comprendieron cómo funciona la contaminación del agua.

Hace años que conozco Experimento 4 I+, así como otros medios de la Fundación Siemens Stiftung y el programa nacional de formación continua STEM ICEC. También trabajo en dos equipos de profesores para el desarrollo conjunto de medios de comunicación mixtos en el marco de la Iniciativa educativa.

Conozco muchas opciones de recursos que hoy se están utilizando muy bien. Mientras tanto, siempre hay unos 20 niños sentados en las clases por Zoom. Las emociones, el sentimiento de aprender juntos también es importantes y pueden reforzarse.”

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También me sorprendí a mí misma. Nunca pensé que sería capaz de manejar los medios y las herramientas digitales como lo hago ahora. Nunca había grabado y editado vídeos, tampoco impartido clases y lecciones de juego a través de Zoom. Para no hablar de la combinación de programas y aplicaciones como PowerPoint, Canva y otras ¡Pero funciona! He estado constantemente aprendiendo, probando cosas”.

El papel de los padres

“Un aporte en este tiempo es la posibilidad que han tenido los padres y las familias de ver lo que sus hijos están aprendiendo y experimentando en el jardín infantil. Participan, observan y apoyan. Los padres han aprendido a entender los temas de forma didáctico-pedagógica, comprenden la corresponsabilidad y sienten el acompañamiento activo de sus hijos. Cada vez son más quienes, si encuentran el tiempo, se sienten motivados a participar. Esto conduce a experiencias de enseñanza y aprendizaje completamente nuevas y hermosas.

Muchos padres corrigen lo que sus hijos dicen o les dan las respuestas para que sus niños “lo hagan todo bien”. Por supuesto, tengo que intervenir y dejar en claro que equivocarse es importante para el proceso de aprendizaje, al igual que probar, aportar ideas y reflexiones. Sólo así podremos elaborar problemas y soluciones en grupo.

Los padres han aprendido junto con sus hijos muchas cosas con las que no estaban familiarizados. Aprenden que ir al jardín infantil no es ir a jugar, sino que un espacio donde tiene lugar un importante proceso de aprendizaje. El aprendizaje temprano sienta las bases de todos los conocimientos y procesos que serán esenciales más adelante.

Experimento ¿Es siempre visible la contaminación del agua?. Estudiante Eleazar Ríos. 

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Con la pandemia, los padres se han convertido en co-profesores. la casa es un lugar de aprendizaje. Todos quienes están implicados en la educación lo entienden.
Las niñas y niños investigaron las reacciones de las plantas a distintos agentes externos © Siemens Stiftung

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Como nunca antes he conocido los antecedentes familiares de mis alumnos. Y en muchos casos, no son nada fáciles. Muchos niños no son chilenos, sino venezolanos, bolivianos, colombianos. En casi todas las familias los ingresos no son fijos ni suficientes. La mayoría, carece de dinero y de una estructura social sólida.

“La madre de uno de mis alumnos trabaja en el mercado. No tiene a nadie que cuide a su hijo, así que lo lleva al puesto de verduras en el que trabaja. Imagina una lección de jardín infantil a través de Zoom para este niño. A menudo, el niño está ausente, no puede participar porque no tiene un equipo preparado o en funcionamiento, o porque su madre no tiene tiempo para ocuparse. Antes de la Pandemia este niño asistía a una guardería donde además recibía sus comidas, mientras su madre trabajaba. Ahora todo eso se ha suspendido”.

“No podemos asumir que todo se puede convertir en digital y virtual. No se trata sólo de la conectividad, o del dispositivo que se necesita para conectarse. Hacen falta otras circunstancias para que la educación se produzca”.